Museo AWA - Arenal de Puriscal

Museo AWA - Arenal de Puriscal

AWA Museum: 4 cataratas en sólo 3 km

Un lugar que se preocupa por la conservación del agua, que cuida su ecosistema y que además tiene 4 cataratas alimentadas por la quebrada Arenal y el río Guarumal... ¡un espectáculo!

Cómo llegar

AWA Museo está en Arenal de Puriscal y hay dos formas de llegar:

  • Por La Cangreja y siguiendo hasta Arenal de Puriscal.

  • Por la Ruta 27, desviándose hacia Puriscal.

📍 Waze: AWA Museum

Info rápida

  • Distancia de la caminata: 3 km aproximadamente

  • Dificultad: Sencilla, preferiblemente en época seca. Por suerte, hay tanta agua en este lugar que aunque esté seco las cataratas siempre tienen agua, eso sí, en "invierno" o época lluviosa, hay una de las cataratas que se llena más y se ve más bonita. 

  • Vehículo recomendado: Preferiblemente 4x4 o carro alto

  • Parqueo:

  • Mascotas: Sí acepta mascotas

  • Entrada: ¢5000, nosotros pagamos por SINPE. 

  • Contacto: con Carlos 8622-5265

Nuestra experiencia en AWA Museum

Tenemos que mencionar que para llegar se pasa como por 20 km de lastre, así que aunque está cerca de San José, sí se dura en llegar. Nosotros tardamos como 2 horas y media aproximadamente, pero igual nos encantó. 

Solo existe una mejor cosa que hacer una caminata, hacerla con alguien que se conoce la zona al dedillo, y esa fue nuestra experiencia. Pudimos hacer el recorrido con Carlos, de quien aprendimos muchísimo. Es de esas personas que uno quisiera tener en caso de perderse en la montaña, nos enseño a hacer repelente natural, benedicios curativos de muchas plantas y miles de datos curiosos. 

Caminata y cataratas

La caminata inicia bajando varias cuestas, así que el regreso es un poco más pesado, cuando lo hicimos estaba a 37° entonces sí se sintió, pero nada del otro mundo porque además es poquita distancia. Nosotros nos fuimos directamente a las cataratas. 

Empezamos por la catarata que le llaman "Poza las Juntas" no les podemos explicar la delicia de agua, la nadada, lo rico que es dejar que el agua caiga en la espalda como haciendo un masaje, aquí estuvimos un rato y nos comimos una mandarina que nos regaló Carlos recién apiada. 

Luego "devolviéndonos" pasamos por la segunda catarata, preciosas formaciones, por ahí pasamos y no nos metimos. Luego fuimos a la tercera, aquí no pudimos resistirnos y nos volvimos a meter, deliciosísima, de verdad. Escalamos un poquito por las piedras, parecía como de esas piscinas que simulan cataratas, pero mejor, porque eran reales.

Por último visitamos "La playita", aquí no nos metimos, pero nos encantó.

Nunca habíamos tenido tantas cataratas juntas en tan poca distancia

Vale muchísimo la pena. 

Si aman meterse al agua, la naturaleza, y caminar un poquito. No duden en ir. 


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